martes, 31 de mayo de 2011

Una apreciación equivocada.

                          Demasiado sumiso y caritativo, casi parecía de esos curas antiguos que ya no se ven. Esa fue la primera impresión que me causó Eugenio, también es cierto que lo conocí en un mercadillo de beneficencia que se organizaba anualmente en mi barriada, él, podía pensar lo mismo de mí, al verme tras un mostrador vendiendo chucherías de segunda mano. Casualmente, su caseta, estaba frente a la mía, pero no por eso me fijé en él, creo que si lo hubiera visto en una calle llena de gente, también me hubiera dado cuenta de su existencia. 
                            No es que fuera guapo, dentro de lo normal, de pelo oscuro, no muy alto y lo que más me atrajo, fue la coleta con la que recogía su corta melena. Pensé que si tenía ese atrevimiento, un cura, no era y a partir de ahí, el campo quedaba libre. 
                            Me llevaron al mercadillo medio a rastras, pues no era mi intención pasar tres días atendiendo gente tras una mesa, pero debía un favor y por ahí, me cogieron. Hacía un sol de justicia, al mediodía parábamos a descansar, me iba hacia casa, cuando al pasar por una zona apartada en donde sorprendía encontrar una sombra producida por palmeras, lo vi.
                               Rapidamente cambié mi itinerario, me acerqué como si hubiera tropezado con él, lo saludé sin entusiasmo y le comenté si tenía algún problema en que me tumbara a su lado. Así, directa. Lo medio desperté de su sueño, me miró como si no me conociera y muy amablemente, me hizo un hueco junto a él. No se como surgió aquella pasión entre los dos, no acudimos al mercadillo de la tarde, era imposible, teníamos otras cosas más importantes que hacer y que pensar.
                              Aquel hombre que me pareció casi un cura, resultó ser el más fogoso de los amantes, tiempo después, compartimos nuestra forma de vivir, hasta el día de hoy, realmente, no me arrepiento.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.