domingo, 12 de diciembre de 2010

UN AMANTE ESPECIAL

                     Una extraña mañana, en que los claroscuros se mezclaban con los tonos claros del amanecer, Marina salió de su casa, dirigiéndose sin prisa, al estrecho camino en donde sabía que podía encontrar a quien buscaba. No comprendía muy bien que motivo la impulsó a alejarse de la casa aquel día, pero era una necesidad imperiosa que podía con ella. Puede que ni siquiera él estuviera allí, que hubiera marchado a las montañas de cacería o que la pesca en el lago lo tuviera abstraído unos cuantos días. No obstante, tenía que intentarlo. Si no estaba, se volvería. 
                              La relación, comenzó cuando su marido se marchó durante un mes a casa de su hermano. No supo en que momento ni porqué, pero de alguna forma contactó con él, se vino a dar cuenta de que estaba en su cama, varias semanas más tarde. Cierto es que su marido y ella, nunca tuvieron buena comunicación, si no llega a ser así, no hubiera llegado a tanto. Era un hombre de bajo nivel cultural, no sabía siquiera leer de corrido, le costaba todo lo que fuera lenguaje o relativo a ello, cometía faltas hasta cuando hablaba. 
                                     Pero tenía algo que no poseía casi ningún hombre, la ternura y sensibilidad  formaban parte de su ser, una delicadeza que de tan especial, no parecía siquiera que fuera masculina. En la cama, era el mejor de los amantes, el mas entregado y solícito, con el que cualquier mujer quiere pasar el resto de sus días. Después de conocerlo, no quise saber nada de cualquier otro hombre, sólo él y yo, su mundo era el mío, para mí, era suficiente.
                                 

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