DESPUÉS DE DIEZ AÑOS, VACACIONES.

                  Subí directamente a mi habitación, era un hotel de cinco estrellas de esos que deseas pasarte media vida, porque todo el mundo te sonríe, te tratan a cuerpo de rey, fantásticas habitaciones, en fin, que no había ninguna excusa para dar la vuelta y marcharte. Es cierto que no estabas en tu casa, como la casa de uno no hay nada, pero para una persona como yo, que hacía casi diez años que no me tomaba vacaciones, aquello era el paraíso. Estudié periodismo que nunca ejercí, pues al poco conocí al que fue mi marido, me casé y tuve a mis tres hijos, lo que me impidió trabajar. Todo eso me pasó tan joven, que ahora pienso, que con unos años más, las cosas hubieran sido distintas. Pero ahora, que había "crecido"un poco, estos días de vacaciones, creo que me los tenía bien merecidos, necesitaba un poco de soledad y aislamiento, no recordaba lo que era.

                     Los primeros días de playa y piscina fueron de relax total, al tercero, decidí bajar por la noche a cenar y ver el espectáculo del hotel. Había mucha gente, demasiada para mi gusto, no estaba acostumbrada a tamaña multitud. Me senté en un apartado rincón mientras tomaba mi copa y veía la representación. Al rato, un agradable señor, no muy mayor, se presentó y me pidió amablemente si no tenía inconveniente en compartir su mesa, pues no encontraba sitio. Le dije que si, sobre todo porque estaba un tanto aburrida y no me pareció peligroso y menos con tantas personas alrededor.

                         Ese fue el inicio de una semana de locura, por que pocas cosas puedo recordar. Aquel hombre y lo que puso en mi copa, no lo sé, lo que si se, es que estuve una semana más de lo previsto sin yo pretenderlo, que viajé a mundos desconocidos, sin yo quererlo y que al cabo de los días, cuando, por fin llegué a mi casa, abracé con tanto afán y entusiasmo a mi familia, que ellos fueron los primeros sorprendidos. Creo que las próximas vacaciones, serán para dentro de otros diez años.