Me senté pensando en estar sólo un rato, descansar la mente y el espíritu, no me vendría nada mal, razoné mientras buscaba un lugar algo apartado. Un banco bajo unas acacias, fueron mi destino para la próxima media hora y me dediqué con fruición a respirar, notaba la diferencia del aire de la zona con el que estaba acostumbrada en la pequeña ciudad donde vivía. Me extrañó que no hubieran retirado mi asiento, pues los árboles, casi lo habían invadido y me encontraba practicamente oculta, claro que en esos días y a esa hora tan tardía, no había visto aun ser viviente en el parque. Seguí reflexionando sobre mi vida y mi última pareja, no me encontraba demasiado bien con él y no sabía que decisión tomar respecto a nuestra relación. Mientras deliberaba con todo esto y respiraba el profundo aire campestre, me quedé dormida, no se si fue que hiperventilé con tanto inspirar o que realmente la quietud y silencio del sitio me relajó de tal forma, que cuando me vine a dar cuenta, estaba echada en el banco, mi mochila de almohada y yo, absolutamente laxa, hasta tal punto que me desperté porque al darme vuelta, casi me caigo.
Pero... no me había despertado por eso, pensé al minuto, pues unos gritos, que ahora podía oír con claridad, eran lo que habían dejado atrás mi sueño. Al segundo, estaba sentada y dos más, de pie, buscando el inicio del escándalo. La mujer que gritaba, la vi al punto, el hombre que medio la arrastraba, también.
Me escondí detrás de los árboles, estaba segura de que no me veían, pero no había nadie que pudiera ayudar a la chica, sólo yo. Se pararon cerca de una caseta turística que a esas horas estaba cerrada, ella lloraba y suplicaba por su vida, mis piernas empezaron a temblar y mi corazón estaba en mi garganta. Fue entonces cuando se me ocurrió llamar a Carlos, mi novio, vivía cerca y era guardia de seguridad, él sabría que hacer. Vino en seguida, se enfrentó al tipejo que quería acabar con la vida de la chica, cuando todo hubo acabado, me preguntó porque no llamé a la policía, no supe que responderle, pero en aquel momento, le dije, sólo me acordé de ti.
Cavilando sobre lo sucedido, decidí que seguiría mi relación con él un tiempo más.
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