No teníamos por costumbre mi marido y yo regalarnos en el día de Navidad, pero como ultimamente en nuestro país (España ), estamos acogiéndonos a las costumbres de otros países, pues este año, decidimos regalarnos. Así que cuando me levanté el día veinticuatro, casi sin acordarme, desayuné primero y cuando me dí una vuelta por el árbol fue que me percaté que tenía un regalo. Al abrirlo, vi mi licor favorito, no era fácil de encontrar, era un licor de mora un tanto especial, encantada decidí tomarme una copita. Una y dos y luego tres, fue todo uno. Menos mal que me había levantado tarde, casi mediodía, porque ya estaba un poco enchispada.
Cuando se despertó mi marido, abrió su regalo, un precioso reloj de último modelo y de una de sus marcas favoritas. Pasamos un día estupendo con la familia, fue por la tarde cuando me empecé a encontrar mal. Los vómitos y un intenso malestar pudieron conmigo, mi marido había salido, como no sabía que hacer, me acerqué al hospital mas cercano. Después de repetirme análisis durante casi dos horas y ponerme no se que tratamiento, me dieron el resultado. Un envenenamiento a base de arsénico, me quedé de piedra, no entendía como podía haber llegado aquello a mi organismo.
Al empezar las preguntas de rigor de la policía, a la cual llamaron en seguida, una de las primeras fue todo lo que usted a tomado el día de hoy. Al minuto, llegaron a la conclusión de quién había sido el asesino.
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