viernes, 9 de julio de 2010

La guagua.

                                                                  La guagua


         
GUAGUA : dícese al autobús en Las  Islas Canarias.



  Sintió el peso de los días como una losa sobre su espalda, casa, trabajo, marido...Día tras día,año tras año, su vida era como un vídeo, repetitivo y absurdo. Pensaba de esta manera, sentada en la guagua que la llevaba al trabajo, tres maridos, tres formas de vivir y siempre terminaban en una rutina indeseada, estaba a punto de terminar esta tercera relación que no la llevaba a ninguna parte.
                       Los primeros años estaban bien, divertidos, amenos, apasionados, pero luego se instalaba entre ellos la desidia y el aburrimiento entraba a formar parte de sus vidas. Cayó en un dulce sopor, relajada, mirando el paisaje de la costa, a una hora de camino hacia el sur de la isla tenía un rato para pensar.
                  Atropelladamente, un hombre la empujo para sentarse frente a ella, pidiendo disculpas con vehemencia, su acento denotaba procedencia francesa y sus ojos verdes e intensos no desentonaban con sus hermosas facciones. La guagua iba ya a aquella hora rebosante de gente de pie y sentada y el roce de sus piernas era inevitable.
             La atracción fue inmediata, el sopor de Nora desapareció y el extraño, acercándose intimamente preguntó no se qué de una manera que la hizo sonreír. En  la hora de camino, la charla, amena y distendida, hizo que terminaran compartiendo desayuno. Mientras hablaban, pensó que si esto derivaba en algo más, no le importaría, pues alegrarse la vida un poco no estaría tan mal, salir de ese automatismo que la estaba matando, darse una alegría al cuerpo...
                  Y aquel hombre era perfecto, lo habían puesto en el camino para ella. Muy varonil, como de anuncio de Marlboro, pantalón y camisa vaquera, alto y fuerte, cara angulosa y labios gruesos, como para besarlos. Sonrisa fácil y buen conversador, tenía ese punto canalla que a muchas nos gusta.
               El siguiente paso fue como una película, apartamento de él, copa de vino, pasión desbordante y cama. El extraño del cual no sabía aún su nombre, era un amante rotundo y un poco cruel, jugó con ella y la hizo sufrir y gozar de mil maneras, nunca nadie la había hecho sentir así.
            Las comparaciones pasaron por su mente sin querer, su marido era buen amante pero...no pudo seguir pensando, porque el desconocido la estaba atando a la cama con una rapidez, que la negativa de ella no llego a tiempo. Y sí, el punto canalla que Nora percibió se convirtió en un punto de crueldad.
                Fue   despiadado e implacable, violencia, golpes e incluso heridas que por terribles no voy a describir, hicieron que  deseara no haberlo conocido. Los gritos y petición de clemencia no surtieron efecto, sentía las gotas de sudor corriendo por su frente, empapándola y cuando él apoyo la mano en su hombro y le dijo : -- Señora, fin del trayecto - 
                          
                       Despertó de la horrible pesadilla, miro al conductor con ojos enrojecidos y medio dormida aún, musitó algo.
                   Se bajó de la guagua sudorosa y agradecida de tener el tipo de vida que tenía y el marido con quien compartía su vida...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.