jueves, 11 de noviembre de 2010

OBJETOS DEL PASADO

En ningún momento imaginé, que el buscar con tanto afán aquella antiguedad, me iba a suponer al final de mis días, un destino tan inimaginable. Siempre quise ser descubridor de algo, todo lo que fuera recopilar objetos del pasado, me fascinaba. Siempre, desde pequeño, mi dedicación absoluta había sido intentar descubrir lo que otros no habían logrado. Pero, claro, en ello no me iba la vida, también me tenía que dedicar a mis amigos, mi familia, mi trabajo, etc. Supuso muchos años de mi existencia, el encontrar la antiguedad que sólo yo me había dado cuenta que existía. 
                       Mi vida privada, consistía en una familia perfecta, tres hijos maravillosos y una mujer fantástica, con la que compartir mi vida, era una especie de regalo. Aceptaba mi forma de ser tan extraña, mis continuos viajes y mis documentadas historias, con las que de continuo, la embaucaba, con una urgente y acuciante necesidad que sólo ella era capaz de comprender.
                        No entendía el porqué quería ser descubridor de algo,  pensaba que en definitiva no me iba a proporcionar ningún beneficio. Pero mi continuo apasionamiento por el tema, hizo que si no acabo entendiéndome, por lo menos acabó aceptándome.
                          Lo que está claro que nunca comprendió, fue el día en que le dijeron que su marido había caído a un foso de una dimensión fuera de lo común, en busca del objeto del pasado, jamás lo pudo comprender, no se si fue odio o rencor lo que sintió en aquellos momentos, pero está claro que el compromiso que ambos teníamos, se rompió en ese instante.
                    

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