martes, 19 de octubre de 2010

MI HERMANA Y SU MARIDO

                         Cuando el chico me abordó en plena calle, pensé que era un pedigueño cualquiera, pero una vez que me fijé en su forma de vestir y de expresarse, me di cuenta de que no era así. Empezó comentándome un no se que de unos estudios que no podía terminar, después que haría lo que fuera por un trabajo, finalmente me dio un papel con su nombre y teléfono. Me marché un poco despistada con el tema del muchacho, no entendí demasiado bien lo que me quiso dar a entender, bueno quizá sólo era una persona mas que necesitaba un trabajo, era una manera tan buena como cualquier otra de pedirlo. 
                         Llegué a casa y me encontré con que mi hermana y su marido, ya estaban allí, me contaron que los acababan de despedir del trabajo en el cual llevaban tres meses, siempre sucedía lo mismo, cada vez que conseguían trabajar en algo, no duraban sino unos pocos meses, sus caracteres agrios y conflictivos, eran lo que les llevaba a ello. El problema es que ahora, tendría que mantenerlos hasta que se ubicaran en algo nuevo, lo que podía pasar en bastante tiempo. Estaba harta de ellos, no los podría soportar mucho tiempo mas, eran unos auténticos gorrones, se aprovechaban de mi en el amplio  sentido de la palabra.
                               Me fui a mi cuarto a cambiarme de ropa y descansar un rato, en eso estaba cuando encontré el papel del chico de la calle, me lo quedé mirando un rato, pensando varias cosas que a lo mejor me podían dar resultado. Al día siguiente, lo llamé y quedé con él en una cafetería cerca de donde lo vi la otra vez. Llegó puntual, la explicación que le facilité del trabajo que necesitaba de su parte, no le extraño, se veía que estaba acostumbrado a todo. Quedamos en que lo haría a los tres días del actual, le dije con claridad que sólo quería que los asustara, no quería daños de ninguna manera. Él entendió mis órdenes a la perfección, así que esperé que llegara mi hermano y su mujer contándome lo que les había sucedido.
                               Pero no llegaron, quien si llego fue la policía acompañados del muchacho, pidiéndome toda una serie de explicaciones y porque había enviado a ese chico a matarlos. Mi terror no tuvo límites en cuanto escuché esas palabras, por mas que intenté una explicación factible, lo cierto es que estaban muertos, mi hermano le había hecho frente, en la pelea, el lo había matado y para que no quedaran testigos también la mató a ella. 
                                           Lo cierto, es que yo acabé en la cárcel, nunca imaginé que podría pasarme una cosa así, de saberlo, no hubiera tomado nunca esa determinación, mejor sería echarlos de mi casa o  simplemente, decírselo con palabras.

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