Juan Sixto, mi médico, mi amigo.

                             Me acabo de enterar de la triste noticia. No lo veremos más en la consulta, no podremos compartir su alegría ni su perenne sonrisa, Juan Sixto se marchó. Seguramente estará en mejor lugar, sonriéndole y ayudando a otros seres, pero los que sabemos que no compartirá su buen hacer con nosotros, sentimos un  intenso pesar. El médico perfecto, cariñoso, buen profesional, conocía bien a sus enfermos, nos dedicaba un tiempo que no tenía, se sabía nuestra vida y problemas, ya que no sólo trataba la enfermedad sino a la persona como tal. 

                                Desde estas líneas, quiero hacer sentir a su familia el dolor que compartimos con ellos. Que sepan que han perdido a un familiar que hizo mucho bien a mucha gente, que sus pacientes, nos sentimos profundamente orgullosos de haberlo conocido.