jueves, 17 de marzo de 2011

UN INFAME PERSONAJE.

                No quise creer sus palabras desde el momento en que lo escuché hablar, sabía que no era cierto lo que me estaba diciendo y me invadía una rabia que podía conmigo. De tan oscuro y sobrecogedor, casi parecía de otro planeta y en ocasiones se lo dije, pues la forma de encandilar era tal que hacía que cualquier mujer creyera ser la única que podía dejar huella en la vida de cualquier hombre.

                     Pero me dí cuenta a tiempo de su forma de ser y me aparté de su lado a toda prisa, era lo único que podía hacer. El problema, es que él siguió persiguiéndome, fue un seguimiento de meses que me atormentaba y no me dejaba vivir en paz.
                      Hasta que se emparejó con otra mujer. Entonces se olvidó de mi persona y pude respirar. Aunque no por mucho tiempo, porque al enterarme de que su pareja era una de mis mejores amigas, el agobio vino de nuevo a mi mente.
                     Hablé con ella largo y tendido, compartimos experiencias, decidimos entre las dos no permitir que actuara de nuevo con ella como lo había hecho conmigo. 
Y la historia resultó perfecta, porque entre las dos intentamos que el personaje mezquino e infame, no volviera a hacer a ninguna mujer lo que nos intentó hacer a nosotras. En otro momento le contaré como lo conseguimos.

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