AMOR, AMOR, AMOR. Esas fueron las únicas palabras que pronuncié con auténtico entusiasmo, los cinco años en que mantuve mi relación con Victor. Aunque hoy día hayamos dejado lo nuestro de lado, no puedo dejar de agradecerle todo lo que compartí con él. Porque tiempo tan absolutamente intenso como ese, no creo que lo vuelva a vivir jamás. Mis amigas dicen que son tonterías, que a lo mejor lo bueno está por venir, pero yo no pienso de esa forma, me parece imposible.
Aprendimos juntos a sonreír en los momentos de tristeza y en aquellos instantes en que las cosas no nos iban del todo bien, supimos soñar con un futuro mejor. Él me enseño con su paciencia, a ser sociable y entusiasta por la vida, que nunca debemos perder la capacidad de la curiosidad y la espontaneidad. De alguna manera, me llevó de nuevo a mi niñez. Lo que yo, por ser un tanto insegura y calculadora, había dejado atrás, él logró que lo fuera retomando. De alguna forma, me hizo ser mas feliz. ¿ Como voy a poder olvidarlo ?.
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