miércoles, 9 de marzo de 2011

LA DESAPARICIÓN.


Posted by PicasaEn los parajes de aquel yermo y baldío páramo, por mucho que tuvieras la determinación de encontrar algún lugar o persona, era imposible. Llevaba andando casi cuatro horas y me encontraba desfallecido y con la moral por los suelos, sabía que mi padre se había perdido en ese lugar y descubrir si estaba vivo o muerto, era para mí algo que se había convertido en  prioritario en mi vida. Al menos una vez en semana, cuando me lo permitía mi trabajo, me iba a aquellos lugares y me dedicaba a transitarlos arriba y abajo con la esperanza puesta en hallarlo. Así llevaba ya desde su desaparición, seis meses atrás. 
                       No me importaba si lo encontraba muerto, lo que quería era encontrarlo y llegado a este punto, si lo hallaba sin vida, ya me daba igual, lo que necesitaba, era averiguar donde estaba y que había sido de él. A veces solía ver algunos cazadores de patos y cocodrilos, los veía de lejos en pequeñas barcazas, solitarios, o de dos en dos, pasaban días en los manglares buscando las piezas deseadas.
                  Pero el día en que vislumbré al viejo, de barba larga de color gris, me resultó tan extrañamente familiar que lo perseguí hasta perderlo de vista. Al siguiente día, pedí un mes de vacaciones en el trabajo y me dediqué a ir todos los días a la búsqueda de mi padre. El viejo al que había visto, me resultó un tanto parecido a él, así que ahora tenía algo a lo que aferrarme. Una semana más tarde, lo volví a ver. Estaba lejos de donde me encontraba, pero corrí y corrí a su encuentro.
                           Encontré a mi padre. Su mente enferma no me reconoció. Su cuerpo, también estaba enfermo, después de tanto tiempo viviendo a la intemperie, pero lo encontré. Me embargó una intensa felicidad y meses más tarde, recuperó su salud emocional y física y volvió a casa, pudimos retomar la familia que habíamos sido.

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