domingo, 27 de febrero de 2011

ELLAS, TAN ESPECIALES Y SUGERENTES.





                              Las adoraba. Eran tan especiales y sugerentes, que desde siempre me sentí interesada por ellas. Me gustaba la manera aquella tan suya de expresar al mundo su feminidad, no se avergonzaban de ser mujeres, todo lo contrario, se las veía felices y satisfechas con esa forma de sentir. Desde muy chica quise ser igual que ellas. Atractivas y sugerentes. Difícil lo iba a tener, pues me parecía casi imposible poder llegar a su nivel.  Cuando supe que bailaban en el bosque, que a veces, en las noches de verano desnudaban sus cuerpos y se sumergían en la fresca corriente del lago, aun me gustaron mas, pues mi desbordante imaginación, las veía en la oscuridad, iluminadas sólo por las luciérnagas que revoloteaban a su alrededor. Pensé en ellas como seres tan especiales, que ni yo misma supe darme cuenta del alcance de mis pensamientos.
                                        Así que el momento aquel en que contacté con mis preciosas amigas, fue uno de los días mas felices de mi vida. Nos fuimos de acampada una docena de conocidos y allá por la medianoche, las escuché. Los sonidos musicales me despertaron y al rato, las risas de tan divertidas y simpáticas, me hicieron levantarme.
                                        Las ví. se lo pasaban muy bien según la forma en que se movían, bailaban al son de unos instrumentos musicales que desconocía. Danzaban de mano o sueltas, pero llamaba la atención la manera en que disfrutaban del momento.
                                          Difícil va a ser que en algún momento pueda parecerme a ellas, pero lo que si tengo claro, es que por siempre, las admiraré.
                                       

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