sábado, 1 de enero de 2011

COMPARTÍA LA CAMA CON OTRA

                Cuando Teresa descubrió que Ezequiel la estaba engañando, no se sorprendió en absoluto, era algo que llevaba imaginando hacía meses, pero de lo que no tenía ninguna prueba. Pero como a muchas mujeres, se lo reveló el teléfono móvil. Una llamada fuera de hora, su marido en la ducha y ella ni corta ni perezosa, llamó al número, salió una chica que la llamó  Ezequiel, cariño, entonces, cortó. Después, claro, vino lo que tenía que venir, reproches, críticas, enfados, protestas y todo lo demás. 
                   No tenían hijos, fue lo mejor que les pudo ocurrir. Al día siguiente, hizo una maleta y se trasladó a casa de una amiga, se le hacía imposible vivir ni un minuto más con ese hombre, que mientras le hablaba de amor, compartía la cama con otra. 
                         Un mes después, ya había alquilado un pequeño apartamento, quedaba cerca de su trabajo y no era demasiado caro. Pensó que había empezado su nueva vida, con el inicio del nuevo año, pero no le supuso ningún tipo de problema, al revés, se quitó un peso de encima, porque lo que en verdad no le interesaba, era tener a su lado, una persona que no le causaba sino ira y resentimiento.

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