

Al anochecer, mi madre y yo, con un té por medio, sentadas en la mesa de la cocina nos dedicamos a las confidencias, entonces me di cuenta de que las cosas no estaban tan bien como a mi me parecían. Sospechaba que mi padre tenía otra mujer con la que se veía hacía ya tiempo, estaba asustada y no se sentía capaz de decírselo. Me erigí en la jefa de la situación, le dije que buscaría la forma de averiguar si eso era cierto.
Al día siguiente, mi padre salió temprano y yo le seguí, quería saber a donde se dirigía a aquella hora. Un Domingo, no era usual en él, levantarse tan pronto. Lo vi llegar a un hospital que no era el suyo, entré tras él y lo observé llegar al servicio de urgencias, se puso su bata blanca y empezó a trabajar. Mi padre sólo estaba trabajando doble turno para traer más dinero a casa, cuando se lo dije a mi madre, las lágrimas le caían por la cara, no lo pudo evitar. Mis padres, siguieron su vida en común muchos años, espero que sea, por toda sus vidas.
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