viernes, 7 de enero de 2011

AMANTES Y MARIDOS.

                     Cogí mi billete de tren, mi bolso de marca, que por cierto, me había costado un pastón y me dirigí sin más, a buscar mi coche, que en ese momento no sabía en donde lo había aparcado. Lo recordé en el paseo, una calle en la trasera de la mía, lo vi allí, mi fabuloso Mercedes último modelo, descapotable y todo, digo y todo, porque desde muy pequeña pensé que quien tuviera un coche que no fuera descapotable, era como si no tuviera nada. Una estupidez como otra cualquiera.
                     Mientras avanzaba por la autopista, no demasiado deprisa, pensaba en que había dejado atrás un hombre maravilloso, para encontrarme con otro hombre realmente... fantástico.
                        Es que no podía evitarlo, eran mi perdición, no se porque me casaba. Porque casarme para después tener amantes, no me parecía correcto, pero, era, muy divertido.
                             Lo único que esperaba es que el hombre que dejé atrás, no se enterara de que me iba a encontrar con otro. Seis horas más tarde, regresé a casa, me lo había pasado realmente bien, mi marido no volvería hasta la noche, así que tendría tiempo de sobra, la persona con la que estuve, era simpática y muy divertida,
                        Al llegar a casa, ni siquiera tuve que subir, pues mis maletas estaban en la puerta de mi casa.                          
                

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.