SE CONVIRTIERON EN ASESINOS

                Si todo fuera tan fácil como eso, pensé mientras hablaba con una amiga que me encontré en la calle, se dedicó a darme consejos gratuitos sobre mi vida y las circunstancias que la rodeaban. Me despedí con rapidez, pues tenía varia cosas que hacer, pero por el camino iba pensando en lo que me dijo, era cierto que vivir con mis padres me volvía loca, ya era mayor para ello, hacía años que tenía que haber tomado la decisión de marcharme. Pero no dejaba de comprender que mis padres me tenían absolutamente bajo su control, afirmar eso, era muy duro, pues estaba al borde de los treinta años, a cualquiera que se lo contabas, le era difícil de creer.

                 Mis padres, eran realmente mis tíos, pues los míos murieron en un accidente de tráfico siendo yo muy pequeña, de hecho, no recuerdo nada. Ellos se hicieron cargo de mí, no tenían hijos y les vino una niña ya criada, pues tenía cinco años. Me sobreprotegieron siempre, al ser mayores, no tenían esa alegría de los padres jóvenes, eran aburridos y taciturnos parecía que se habían mimetizado en la casa donde vivíamos, pues en ella primaba la oscuridad y el espesor de cortinas y alfombras. 

                       De todo eso me vine a dar cuenta cuando fui creciendo y empecé a comparar las casas de amigas que visitaba, los colores, las habitaciones divertidas y muebles claros, me encantaban.

                      Mis padres parecía que llevaban un peso a sus espaldas que no les dejaba vivir y que por eso tenían ese carácter. En fin, que llegó un momento en que intenté aceptar la situación que me había tocado vivir, nunca lo conseguí del todo, pero lo intentaba de continuo.

                      Pero como la vida da muchas vueltas, dos años mas tarde mi madre se enfermó, estuvo hospitalizada casi un mes, el médico dijo que no se podía hacer mucho por ella. Unos días antes de fallecer, quiso hablar conmigo, las dos solas, lo que me dijo, no me lo hubiera imaginado jamás, la culpable de que mis padres fallecieran, fueron  ellos. 

                        Me contó como les pusieron no se que cosa en la bebida para dormirlos  y provocar el accidente, querían una niña que no pudieron nunca tener, la envidia los corroía, se convirtieron en asesinos, sin serlo.