domingo, 3 de octubre de 2010

LA NIÑA DESCONOCIDA

       Empujaba a duras penas el carro del supermercado, estaba lleno hasta los topes, era primero de mes y aquello parecía  un mercadillo. Nos lanzábamos hacia las estanterías de las ofertas, pronto se acabarían y luego quedaría lo mas caro. Haciendo maniobras, llegué a la puerta de salida, esquivé a un señor al que  casi  doy un golpe y  salí suspirando al aparcamiento. La cara de satisfacción que puse al encontrar el coche, hubiera sido digna de fotografiarla, porque tardé mas de media hora en ello. Empecé a colocar las bolsas en el maletero, a pesar de que era una hora avanzada de la tarde, seguía habiendo el mismo número de personas, que entraban y salían. Ya relajada, me fumé un cigarro sentada, mientras esperaba que el chico que estaba delante, pusiera el suyo en marcha. El sueño me vencía, pensé que la próxima vez iría por la mañana. En ese momento, alguien tiró de la manga de mi chaqueta, me pegó un susto de muerte, porque al mirar, no había nadie. Abrí la puerta rabiosa, a ver quien era el bromista y entonces la ví.  Tendría unos cuatro años, piel morena y ojos oscuros, un flequillo mal cortado y su pelo lacio hasta los hombros. Al ver una niña, aflojé mi rabia y salió la parte dulce de mi carácter. Que quieres, le pregunté, ella respondió con esa vocecita, te quiero a tí.
              Donde están tus padres, fue la pregunta obligada, mi madre lejos, mi padre por ahí, dijo señalando con un dedo al supermercado. Bueno, le dije, vamos a buscarlo. Se puso a llorar desconsolada, no, que me pega y me hace cosas feas, respondió la chiquilla. Estuve largo rato hablando con ella, no creía que se inventara una historia tan terrible, no sabía que hacer. Ningún policía a la vista, no podía dejar a la niña en brazos de un padre maltratador. La metí en mi coche y después de llegar a casa a dejar la compra, le dije que la iba a llevar a la policía, que ellos sabrían que hacer. 
                    En ese momento, sonó el timbre de casa.  El padre de la niña con dos agentes, estaban ante la puerta, preguntando por ella. Les expliqué la situación, el padre lo entendió perfectamente, su mujer estaba sentada en el coche, llorando, no era la primera vez que pasaba, la niña tenía un problema,para el que estaba en tratamiento psiquiátrico. Se apegaba a cualquier desconocido y le contaba la historia de su maltrato, la policía confirmó su declaración. 
                    

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