Miró a su alrededor siéndole todo desconocido o casi, después de tantos años, las calles, las casas, el pueblo, en definitiva, era totalmente distinto. Pensó en el porqué esa vuelta inesperada, sin pensárselo dos veces, de un día para otro. Siempre había hecho las cosas de esa manera, por impulsos, ahora lo pienso, ahora lo hago. Y salió casi corriendo, cogió el tren mas cercano, y transbordo a un autobús, luego un rato de caminata y ya estaba en casa. No sabía que iba a hacer cuando llegara, cual sería el recibimiento, pero a pesar de todo, ahí estaba quince años mas tarde, de vuelta a casa. La calle principal seguía siendo la mas grande y la mas sugerente, ahora estaba asfaltada y se veía mas ciudad que pueblo. Su casa estaba en el mismo lugar de siempre, una callejuela estrecha y sin aspiraciones, en donde las cuatro viviendas que había, ocupaban toda la manzana. Llegó a la que se suponía era su casa y tocó en la puerta como siempre, pero quien le abrió fue un desconocido que le puso al día rapidamente, contándole que los antiguos inquilinos fallecieron hacía cinco años, que ellos compraron, que no había herederos y que si quería algo que fuera al Ayuntamiento. El golpe fue brutal, no esperó ni por asomo, una noticia de ese calibre. Paseo por las calles, sin saber muy bien adonde ir, mientras pensaba en que debería haber vuelto hacía mucho tiempo, sus padres eran mayores, era de esperar un suceso de ese calibre. Si, sin ninguna duda, debería haber vuelto, tornado, regresado...
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