sábado, 11 de septiembre de 2010

LA SOLEDAD

                                        El bolso sujeto firmemente al cuerpo pues tuvo una mala experiencia, le habían dado un tirón en donde su clavícula se había visto afectada y la contusión duró varias semanas. 
                         Sus años no le permitían ir de cualquier manera, tenía que cuidar la forma en que se manejaba por la calle. Vivía en en pequeño apartamento en la zona norte de su ciudad. Su casero por suerte para ella era buena gente, la conocía desde  tiempo atrás y no le subía el alquiler sabiendo de sus problemas económicos. La pensión con la que subsistía, era lo mínimo que se puede ofertar, ella lo compensaba con lo que conseguía mediante la costura, que había sido su trabajo toda su vida. 
                     Subir o bajar vueltos, estrechar o ensanchar, sacaba su dinerillo y con eso comía con cierta dignidad, el resto, lo dedicaba a cosas de la casa, agua, luz, teléfono y demás.
                     La soledad se había adueñado de su persona, tantos años sin marido, sin hijos que nunca tuvo, los amigos fueron desapareciendo, unos fallecieron, otros vivían lejos. 
                   El carácter locuaz y  dicharachero que siempre tuvo desapareció con el tiempo, echaba de menos todo eso, soñaba con volver a ser la que fue tiempo atrás, de carácter simpático y atrayente.
                   Pero su vida había surgido de esa manera, hubieron tiempos mejores, así que tampoco se rebelaba demasiado. Las cosas cambian de la misma manera que los años pasan y uno no se da demasiada cuenta, un día de Diciembre, sin pretenderlo, aquella mujer, mayor y solitaria, se golpeó con un desconocido en plena calle, lo vemos en las películas , pero en este caso, fue tan real como la vida misma. 
                 Y resultó que el señor era conocido, y hola que tal, cuanto tiempo, donde vives ahora, tu mujer como está y tu marido. 
                    Un buen rato poniéndose al día, cuando llegó a casa, se sentía de otra forma, como si la ilusión hubiera entrado a formar parte de su ser. Pasados los meses, los vemos emparejados e ilusionados, compartiendo vida y amor.  
                   No fue tan complicado, porque cuando no tienes nada, cualquier cosa te parece demasiado.

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