sábado, 11 de septiembre de 2010

EL CUMPLEAÑOS

Globos, serpentinas y confetis, formaban parte de la fiesta de cumpleaños. Se desarrollaba normalmente, todos parecían pasarlo bien, sobretodo los niños, que se reunían en este momento en torno a una fantástica tarta de chocolate deseando ser los primeros en probarla .Un poco mas allá, el grupo formado por los mayores, hablaban sin parar de los últimos acontecimientos del día. Eran cuatro parejas jóvenes, dos mayores y tres o cuatro adolescentes. La noche cayó sobre todos, las luces del jardín se encendieron, envolviéndolos en una agradable penumbra salpicada de diferentes colores. Los dueños de la casa, fueron recogiendo, ayudados por algunos invitados y dos señoras que atendían la casa, que ese día se habían quedado mas tiempo del habitual. El grupo pasó dentro, ocupando los salones y las salas de juegos los mas jóvenes. Los niños, habitantes de la casa o no, se fueron a dormir, unos, a la parte de invitados, otros a sus camas. Y, en el estado en que se encontraban, decidieron hacer una ouija, Marcos era el que iba a iniciarlos, porque muchos no sabían lo que era. El miedo empezó a hacer mella en varios, otros, con muchas copas encima, no sentían nada. Casi todos envalentonados, decididos, acataron si chistar las órdenes que se les iban dando, la mesa, todos alrededor, manos cogidas, luz tenue y el que dirigía empezó a hablar con lo que se suponía eran espíritus o seres del mas allá. A la media hora, después de varios gritos y aspavientos, algunos, decidieron confesarse ante sus maridos o mujeres, fueron confesiones bastante dramáticas y sin sentido, dado que Marcos y su mujer, que habían organizado todo para entretener a sus amigos, no esperaban un resultado como aquel. Pero no supieron nunca si fue para bien o para mal, ninguna pareja se separó, pero todos oyeron si quererlo, las infidelidades, que unos y otros habían cometido a lo largo de tantos años de matrimonio.

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