martes, 7 de septiembre de 2010

INFIDELIDAD? O... ( segunda parte.)

Pero Jaime, a pesar de los gritos de Marian y de alguna mas de sus amigas, no se dio por enterado y siguió como si nada con su copa, entonces Paula que había permanecido callada hasta entonces y su timidez era harto conocida, se levantó  y con parsimonia y una tranquilidad que sorprendió a todos, se acercó a Jaime, mientras un silencio de miedo envolvió la habitación, él se quedó como hipnotizado mirándola y ella sólo le dijo : - no soy bruja, si lo fuera esta sería la maldición que te echaría, que algún día te enamores como yo lo estoy de mi marido y que ella te sea infiel con otro, para que sientas lo que es el sufrimiento y se dio la vuelta sentándose de nuevo, Jaime recobró la compostura, empezando con risas y chistes. Pero para sorpresa de todos y de él mismo, la maldición surtió efecto, porque varios días mas tarde, en una noche loca, conoció a Luisa. No hubo impacto, ni flechazo ni nada de eso, amanecieron los dos en la cama de Jaime, ella vistiéndose para irse con rapidez, porque si mi novio se entera, me mata. Vaya, pensó Jaime esta es de las mías, infiel por naturaleza. Y eso, fue el primer punto de atracción, cuando le preguntó nos vemos otro día y ella le contestó riendose que ya nos vimos hoy, te parece poco, él se sintió como tonto y humillado, pues no estaba acostumbrado a ese tipo de contestaciones. Bueno, ya sabes donde trabajo, añadió ella, condescendiente. Pasaron días y como no dejaba de pensar, fue a verla al trabajo, era camarera en un bar cercano y la hora de salida se acercaba, ya estaba esperando afuera,  la contempló sin que se diera cuenta e intentó explicarse porque le había entrado ese pronto por la chica, tampoco era especial, pero lo cierto es que cuando se acercó se dio cuenta que el corazón le iba mas rápido de lo normal. La invitó a cenar pero nada, tenía una cita con otro chico. Se marchó como un alma en pena, pues no esperaba ese desplante, así pasaron días y semanas de llamadas telefónicas con un lo siento no puedo. Y la incertidumbre se convirtió en dolor, un dolor agudo y lacerante que no lo dejaba ni vivir, ni pensar, ni dormir, ni comer, adelgazó con rapidez varios kilos en poco tiempo, las cosas en el trabajo empezaron a ir mal, ya no era tan creativo como antes, se estaba convirtiendo en una triste sombra de lo que fue en otro tiempo. El pensar que ella, que algún día compartió cama con él, estaba con otros hombres de la manera mas alegre y despreocupada, lo corroía por dentro, era un sentimiento nuevo y no sabía como luchar contra el. Así que de una manera sabia y aconsejado por un amigo, hizo lo que hacemos todos cuando nos llega este cruel momento, el que puede, pone durante un tiempo tierra por medio, el que no, se queda en su sitio haciendo el duelo de la manera mas digna posible y rogando, con esperanza que el tiempo pase lo mas rápido posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.