Era un buen jurista, durante años se había dedicado a su profesión con una dedicación y un entusiasmo digna de pocos. Ahora le habían ofrecido un gabinete privado, en donde aparte de desempeñar su trabajo, cobraba una cantidad nada despreciable por lo que hacía. Una mañana como cualquier otra, una persona solicitó consulta, era algo urgente, por lo que la cita se le dio con rapidez. Se trataba de una mujer, a la que su marido parecía que no tenía buenas relaciones con ella y quería solucionar los problemas de manera cruel. En seguida, tomó cartas en el asunto, decidiendo cual sería la mejor forma de solucionarlo. Como no había suficiente personal para ayudar, se encargó del papel principal y de los secundarios, se convirtió en la sombra de la chica, que dicho sea de paso, le agradaba bastante, se dedicó a acompañarla a todas partes, cuando ella salía de su casa, él iba varios pasos mas atrás, esperando la resolución del marido. Dormía en su casa, comía con ella, así durante varias semanas, siempre esperando. Hasta que dos meses mas tarde, un sicario sin compasión, intentó un asesinato que no consiguió, porque él estaba allí, si no hubiera sido así, la chica no lo hubiera contado, pero el marido fue puesto a buen recaudo y también el sicario.
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