sábado, 15 de diciembre de 2012

La vida es un largo puente entre el momento en que nacemos y el momento de partir.

                           El puente es para algunos demasiado largo, para otros se hace excesivamente corto. En ese trayecto vamos aprendiendo o al menos lo intentamos, el porqué de nuestra presencia en este mundo y para que vinimos a él. Desde casi el inicio de los tiempos esta pregunta ha sido la que ha formado parte importante en tertulias, diálogos y discusiones. Los antiguos filósofos un día intentaron dar una respuesta, cada uno según sus propias teorías, pero hoy, la pregunta sigue estando ahí, el hombre sigue buscando. 
                                Lo que la vida me a enseñado a mí, particularmente, es que la respuesta es sencilla, pero somos nosotros los que la complicamos. 
                               El espacio entre nacer y morir, creo que es simplemente un paseo para la evolución   como seres humanos. Cada uno evoluciona según la vida nos va enseñando y nosotros  aprendiendo. 
                               Cada persona tiene su momento y su lugar de aprendizaje, nunca se debe forzar el instante, todas la experiencias sirven para algo, las buenas y las que nos parecen menos buenas. 
                                 Claro, que en este tiempo que llamamos vida, nos suceden muchas y variadas cosas, estamos rodeados de otras personas que no piensan como nosotros e incluso en sociedades o estados que pueden ser de forma totalmente opuesta a la nuestra. Intentar participar, arreglar lo que podamos, sí, claro, pero siempre pensando que los demás son seres como nosotros, siempre procurando no hacer daño. Y no nos olvidemos jamás, del daño de la palabra. Algo que se dice con odio o rencor o simplemente expresando un sentimiento negativo, que otra persona  escucha con sus oídos, dificilmente se olvida. En este momento recuerdo cuando presa de los nervios les hablamos a nuestros hijos de manera inadecuada. Todo puede suceder, no somos perfectos, pero si sería interesante que recordemos estos puntos, a veces sin darnos cuenta, se nos despistan.
                                     Pues llegado aquí, si me gustaría comentar  lo que pienso de vivir más de una vida. Yo tengo el convencimiento de que eso es así. Creo que para alcanzar una ligera perfección en nuestra evolución como seres humanos, necesitamos vivir varias vidas, ( yo, al menos, quince, je,je) por eso cada día me aferro más a la teoría de la reencarnación. 
                                       Y ya que vamos adquiriendo un cierto grado de intimidad (?), terminaré contándoles lo que pienso sobre la religión. 
                                         Así de claro: ¿ de quien coño fue la idea de que no hay un sólo Dios sino quinientos ? Ese, algún corrupto del siglo X ( léase equis ), que pensó, si los divido hago mi agosto. 
                                           Y lo hizo, porque vamos que se han hecho guerras en nombre de dioses de diferentes lugares del planeta, la muerte de tantos hombres, tantos asesinatos y tropelías de todo tipo, que hoy día se siguen cometiendo igual que hace varios siglos. 
                                         Entonces, el desenlace de todo esta historia, es la que sigue, como individuos únicos que somos, procuremos ceñirnos a nuestro proyecto de evolución para el que estamos en el mundo, sabemos que parte importante de él es ser también parte integrante de otras personas. Tener unos valores, mandamientos o como cada uno quiera llamarlo, es importante, eso hace sobre todo, que podamos ser cada vez... mejores personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.