Todos evolucionamos con el paso del tiempo, nadie es igual hoy que hace diez o veinte años. Cuando retomamos una amistad olvidada en el tiempo sorprende ver los cambios de pensamientos, de las emociones e incluso de afectos. Sobre todo cambiamos en la forma de sentir respecto a personas fallecidas o que se alejaron de nuestra vida.
En ocasiones nos quedan los recuerdos agradables y los "otros" se difuminan con el paso de los años. Es por eso importante conseguir un equilibrio a todos los niveles, emocional, espiritual y físico.
Todos tenemos a alguien que recuerda con cariño al padre maltratador, o al amigo que reencontramos después de años de ausencia y creemos que todo sigue igual, la sorpresa llega al ver que el otrora cariñoso y humano, sólo tiene dentro de sí rencor y envidia.
A veces pasa lo contrario, nos quedan los malos recuerdos y olvidamos los años compartidos y episodios vividos que nos hicieron sentir felices.
La línea entre las emociones ficticias y las que no lo son es muy estrecha, es un trabajo que hacemos en el tiempo, a veces las vamos acumulando y la mochila se llena. Cuando nos damos cuenta y nos ponemos a ello, empieza a entrar la paz y la armonía en nuestras vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.