Siempre deseé que el día tuviera más horas y los meses, más días. Llevaba una vida tan intensa que era imposible llevar a cabo todos mis proyectos en tan poco tiempo.Vivía en un mundo caótico y sin sentido, mi agenda, mi mejor amiga.
Inmersa en una vorágine de trabajo, obligaciones laborales y estudios, había ascendido con rapidez y era directiva en una empresa de alto standing, la relación con mi familia se había enfriado hacía años, pero me costó darme cuenta pues estaba demasiado ocupada.
Hasta que conocí a la persona que cambió mi forma de ser, también cambió mi actitud, mi disposición ante las situaciones e incluso mi aspecto.
Ralenticé mi vida laboral para poder dedicarme más por entero a su persona.
Aprendí mucho de él. Me enseñó a vivir el día a día y el ahora, a sentir, a querer, a mirar, a disfrutar el momento sin más. También a ser más tolerante conmigo y con los demás, a compartir mi tiempo y mis momentos, a ser altruísta y generosa. La coherencia y el ejemplo se han convertido en una máxima en mi vida. Él me ha enseñado a ser mejor persona.
Ese ser que originó tan definitivos cambios en mí, se llama Antonio y es...mi hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.