El silencio que precede a a la noche se acercaba. Cauto y receloso, reptaba por calles y colinas esperando el momento de tomar el mando.
Acompañado de la brisa del mes de Mayo, suspiraba de vez en cuando en alguna esquina volviendo raudo a proseguir la marcha.
Actuaba en completa soledad, sin poder compartir la satisfacción de esa rutina en la que noche tras noche, era el único protagonista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.