sábado, 29 de diciembre de 2012

Belinda.

                                 Escuchó a lo lejos una voz desconocida que la llamaba por su nombre, Belinda se acercaba corriendo, el pelo alborotado y la falda al viento.  Hacía lo imposible por ir más rápido, pero sus piernas cortas no la ayudaban demasiado.
                                   Belinda tenía una incapacidad mental absurda, de esas que no deberían existir, nació antes de tiempo y el aire no fue suficiente para ella.
                                     Pero Belinda me enseñó a ser distinta de como era hasta entonces, aprendí lo que es dar amor sin esperar nada a cambio, me convertí en una persona altruista y generosa.
                                    Espero todo de mi hija porque el lo espera todo de mí. 

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