lunes, 14 de marzo de 2011

AQUELLA IMAGINACIÓN MÍA.

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Posted by Picasa                                   Nefasto y dañino para cualquiera que hubiera pasado por su vida, esa era la descripción que mejor se adaptaba a su forma de vivir. Nunca le importó lo que sintiera o pensase la persona que estaba a su lado, jamás, era tan egocéntrico, que aparte de mirarse a si mismo, no creo que tuviera un pasatiempo mejor. Apartarme de su lado, no fue sencillo, pero una vez que lo conseguí, supe lo que no quería para mí.
                                         De esta historia, ha pasado mucho tiempo y aun así recuerdo todos los años, aquel día en que lo encontré con la otra. El problema es que la otra, era mi hermana.
                                         La decisión de acabar con sus vidas, no la tomé en poco tiempo, la discurrí y profundicé en ella durante varias semanas. Casi un mes después, la misma idea rondaba mi mente, prefería la muerte al estar viéndoles juntos a diario, porque se quedaron a vivir en la misma ciudad y en la misma calle, era tal desatino, que a veces pensaba que iba a enloquecer.
                                         Y un día cualquiera, de repente y sin saber como, supe que aquel era el día. 
                                      Me dirigí al trabajo como hacía todos los días y como todos los días, encontré a mi hermana en la entrada. Una sonrisa tenue o un hola avergonzado, era lo más que podía esperar. 
                                           Pero ese día, no era uno cualquiera. La hora de salir se me hizo eterna, al llegar a la puerta, esperé con paciencia. La pistola de mi padre en el bolsillo y el odio y el rencor en mi alma. Era suficiente para poner en práctica mi plan.
                                           Al verlos a los dos, tan alegres y sonrientes, no lo pude evitar, me acerqué y mirándoles con toda la rabia acumulada de tiempo, sólo acerté a decirles con un temblor en la voz....
                                        ! Carmen, deja ya de estar imaginándote cosas que es la hora de ir al instituto!, rugió la estentórea voz de mi hermana desde la cocina, sin darme tiempo a seguir con mis pensamientos.... 

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