sábado, 19 de febrero de 2011

OTRA FORMA DE VIVIR.


Posted by PicasaEmpezamos el intenso viaje de aquellas vacaciones, que en un principio parecían de lo más fáciles y tranquilas, pero cuando llevábamos ya varias semanas, nos dimos cuenta de los equivocados que estábamos. Algunos de los compañeros habían enfermado y otros de tan agotados, se les notaban débiles hasta la extenuación, yo me sentía desfallecida y en parte aburrida de tanto ver siempre las mismas imágenes, las dunas y la arena se habían convertido en íntimas compañeras de viaje, no recodábamos lo que era el color verde ni otras tonalidades de jardines o siquiera los matices azulados del mar, desde tanto tiempo atrás, que nos dolía la vista sólo  con pensarlo.
                         El grupo de unas veinte personas, entre antropólogos, ayudantes y portadores, era bastante reducido para lo habitual en estas circunstancias, pues lo normal es llevar mucha más gente, pero nuestro presupuesto, bastante corto, no nos permitía sino escasos medios.
                              Dos días más tarde, llegamos al lugar que deseábamos, después de un breve descanso, empezamos a trabajar. El poblado era pequeño, tenía todas las necesidades cubiertas, una pequeña tienda y un pequeño baño, con eso nos bastaba. Nos dejaron una jaima para vivir durante el tiempo que estuviéramos allí. El yacimiento no quedaba lejos y la excavación ya estaba medio hecha por otro grupo anterior. 
                                       Dos meses más tarde, llevábamos el trabajo muy adelantado, teníamos una buena relación con la gente del lugar y podíamos sentir que nos apreciaban. Pero nos sustituían otros compañeros, nosotros nos marchábamos. Disfrutamos al máximo el tiempo que estuvimos allí, aprendimos de otra forma de vida y de otra manera de vivir. Maduramos como personas en todo ese tiempo.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.