sábado, 19 de febrero de 2011

COMO TODAS LAS MAÑANAS.

Cuando tomaba el café como todas las mañanas, cogí el periódico y me dispuse a hojearlo medio dormida aún, pero era la rutina diaria, sentada en la mesa de la cocina, la taza a la derecha y el periódico a la izquierda. En la primera página, como siempre, política y deportes, pasé dos o tres más hasta llegar a la que realmente me interesaba, cartas al director. Había escrito creo que casi diez antes de ver publicada la mía, sólo quería ver mis letras en donde dijeran que amaba a aquel hombre con todo mi corazón. Si, se que suena cursi y algo pasado de moda, pero es así como lo siento, con todo mi corazón. Se que él leía el periódico a diario y quería que viera lo que sentía por él, en letras, de manera que no fuera fácil borrarlo así como así.
                         De una forma sencilla y sin ningún tipo de piedad, borró él de sus emociones lo que sentía por mí. Lo hizo de un día para otro, no lo pensó demasiado ni le puso mucho sentimiento. Pero  yo no era de la misma manera, no actuaba de esa forma tan fría y calculadora. Yo, tenía eso que le llaman sensibilidad, pasé con él tantos momentos que al menos a mi me parecieron afortunados, como para ahora, echar todo por la borda. No pensaba actuar así, lo había querido tan intensamente, que hoy día, a pesar del tiempo pasado y de su forma de comportarse, sólo puedo decir, que me siento feliz de haber vivido....lo vivido.   

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