sábado, 1 de enero de 2011

UN MÉDICO DE VACACIONES?

                          Ni siquiera tuve un minuto de tranquilidad para poder disfrutar de los días que tenía de vacaciones. Los esperaba con impaciencia, necesitaba un tiempo para mi sola, para pensar y poder poner en orden mis pensamientos. Pero ni eso conseguí. Mi familia me reclamaba. Es lo peor que te puede pasar, ser médico y tener una familia. Creen que por el simple hecho de serlo, debes solucionarles todos los problemas, como si no existieran los centros de salud, los médicos de cabecera y los hospitales. Pues no, acuden todos a ti mediante llamadas telefónicas y pobre que se te ocurra negarte, te hunden en la miseria. 
               Esto que cuento arriba, ocurrió el año pasado, pero este, ya tengo el pasaje comprado, me voy a un sitio lejano y que no se van a enterar hasta que llegue y los llame, no me dejaré coger la camella como me pasó el año anterior. Así que mis vacaciones, van a ser divertidas y calentitas al máximo.
               Una semana estuve yo sola, tranquila y relajada, al cabo, los vi llegar, creí que me daba algo, llegué a pensar que estaba viendo visiones, pero no, eran ellos. Mi sobrina Laura, me había registrado el bolso y había descubierto el pasaje. Decidieron venirse todos conmigo. Horror. En fin, como los quiero tanto, los perdoné y al final disfrutamos juntos de unas fantásticas vacaciones.
                                                 

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