Aquellos momentos de tanto compartir, en que sentía por instantes el agobio de ni siquiera ser yo, sino que el ser tanto parte del otro, me había convertido más en él, olvidándome quien era, hacía que quisiera volver atrás, retornar al pasado y hacerlo de otra forma, en que el daño no fuera tan brutal.
Leí esto que había escrito hacía quince años, mientras recordaba la relación que mantuve con Vicente, buen hombre donde los hubiera, pero con aquella personalidad tan absorbente, que hacía que los de alrededor, perdiéramos la nuestra. Él pensaba que era un líder nato y se comportaba como tal, atraía a mucha gente, pero un líder no hace que los seguidores dejen su forma de ser, eso hizo que muchos le abandonáramos, pues era imposible resistir una persona así.
Me costó tiempo volver a recuperar mi antigua forma de ser, años diría yo, hasta que después de mucho leer, mucho hablar, mucho meditar, fui recobrando parte de mi personalidad, nunca fue la misma, vamos evolucionando con el tiempo, pero era la mía, eran mi pensamientos, era lo que yo quería que fuera, ni más ni menos. Me sentía satisfecha con lo que había conseguido, tanta perseverancia y voluntad, habían tenido su recompensa.
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