domingo, 12 de diciembre de 2010

EL ABRAZO

                       Fue sólo un abrazo, como se le puede dar a un amigo o a un familiar, en seguida me di cuenta que en él, había hecho mella de manera diferente, lo noté por la manera en como se deshizo, se quedó quieto, se entregó, en una palabra. Soy cariñosa, propensa a prodigarme en cualquier tipo de caricias. Pero nunca me habían respondido de esa forma, que me había dejado medio paralizada. Lo aparté suavemente de mi lado y me quedé mirándolo, intentando comprobar que lo que percibí no había sido fruto de mi imaginación, escruté su rostro, insondable mi mirada, mis ojos en los suyos,  caminando en pos de lo que contemplaba. Pero me fue imposible distinguir lo que como espectador, observaba con cierta aprensión. Quería suponer que mi imaginación se había desbordado, que era mi mente enfermiza la que estaba ocasionando aquel tipo de especulaciones, que mis pensamientos un tanto locos, habían ido por el camino equivocado.
                        Me sacó de mis cavilaciones su voz, que me llamaba repetidamente, necesitaba algo que no recuerdo que era, lo que le facilité al pronto, siguió su trabajo como si no hubiera pasado nada, por mi parte, hice lo mismo, durante una hora mas o menos, olvidé su permanencia en mi casa, hasta que terminó de hacer su tarea y me lo vino a confirmar. Tenía una voz que sonaba íntima y profunda, esas voces que parecen ocultar secretos a los que nadie puede acceder. Le pagué, como hacía siempre y se despidió con la educación habitual en él. 
                      Señora, las tuberías que estaban rotas ya están perfectas, con su permiso y si no necesita nada más, me marcho. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.