domingo, 14 de noviembre de 2010

NI UN MINUTO MÁS

                      Recordaba aquel momento, en que siendo adolescente, al escuchar a la gente que me rodeaba  hablar de sus problemas una y otra vez, pensaba en la suerte que tenía, porque yo, realmente, no sabía ni siquiera el significado de la palabra.  Claro, eso fue hace mucho, el tiempo no tardó en desdecirse y ahora, que soy tan mayor y sólo vivo de recuerdos, sólo vivo de problemas.... Comprendo que poca razón tenía cuando mis años de inexperiencia me obligaron a pensar de esa manera.
                      Me casé, tuve tres hijos, un marido maltratador, que en aquel entonces, no se sabía que era eso, ni se denunciaba, sino que se aguantaba uno con lo que le tocaba. Y así viví durante treinta y cinco años, mis hijos crecieron y se marcharon, unos casados, otros, buscando trabajo en sitios lejanos, pero yo me quedaba siempre en el mismo lugar, con la misma persona que me hacía la vida imposible, sin ninguna posibilidad, valga la redundancia, de ningún cambió en mi  forma  de estar.
                       Así que aquel día de aquel año, no se como se me ocurrió, pero tomé la decisión de acabar con él y conmigo, no quería más  esa forma de vida ni para él, ni para mí, ya no tenía hijos a los que críar, ni ningún tipo de cargas familiares.
                       Así que de una manera de lo mas espontánea, según llegó a casa, lo esperaba con la escopeta cargada, le disparé un tiro entre ceja y ceja, pero antes le dije el porqué lo hacía, lo miré a la cara friamente, sólo estas palabras salieron de mi boca,— te aguante muchos años, hijo de puta, pero ni un minuto más.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.