martes, 5 de octubre de 2010

LA MADRE MALTRATADORA.

                     Colocó con cuidado la bandeja con las piedras en la terraza, había luna llena, las piedras se recargarían de energía que transmitirían después a la casa y sus habitantes. Siempre lo hacía, las dejaba una semana, de día y de noche, luego las pasaba al interior. Sofía, se había quedado en la época hippy, le gustaba fumarse sus porritos por la noche, vestía de ropa larga y floreada e iba a todas las manifestaciones a favor de la paz y la ecología. No obstante, nadie hubiera dicho que trabajaba en un banco, no tenía un alto cargo, tampoco lo quería, pero su empleo de cajera, estaba bien retribuido, le daba para cubrir sus gastos y le sobraba. Vivía con su madre y hermanos, su padre había muerto hacía años, tenía una amplia vida social, ya que era muy extrovertida, hacer amigos le costaba poco, como era generosa y muy dada a favores, todos la querían. 
                       Por eso el día que desapareció, nadie lo entendió. Le dijeron a la policía que por su propia voluntad no lo podría haber hecho, pues Sofía no era así, no iba a dejar colgada a tanta gente. Pero cuando uno atraviesa la puerta de su casa, lo que hay dentro, no lo sabe nadie mas que los que la viven. En la casa de Sofía, quien mandaba era su madre, era una manipuladora nata, tanto a ella como a sus hermanos, los tenía totalmente bajo su control. Sofía sabía que la única manera de escapar de eso, era huir lo mas lejos posible, las explicaciones, nadie las iba a entender, así que no valía la pena ni intentarlo.Su madre, mostraba una cara al público, parecía simpática y divertida, pero de puertas adentro, todo cambiaba, era cruel con sus hijos, los maltrataba y humillaba, ellos toleraban esa forma de ser como lo normal, lo habían vivido toda su vida.
                      Pero ella, no. No estaba dispuesta a aguantar tales desprecios, que por innobles y vejatorios, no eran dignos de una madre a sus hijos. Así, que sin pensárselo mucho, aquel día, cogió cuatro cosas y salió de casa.
                      Salió para adelante, como todo aquel que lo hace con entusiasmo, no voy a decir ni que estuviera mejor ni peor que en casa de su madre, pero el hecho de haber dejado a la maltratadora tras de sí, supuso para ella haberse quitado un gran peso de encima, por lo que desde entonces anduvo mas ligera y mas feliz.
                    

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