Por la noche iba a cenar con un grupo de gente en parte desconocido, así me resultaba más divertido, pues mientras iba tonteando con unos y otros la noche pasaba por momentos mágicos. Cuando lo vi venir, supe que era él con el que acabaría la fiesta, no llamaba la atención por guapo ni tenía nada especial que atrajera a las mujeres, pero a mí, sí.
Tenía la cara picada de viruela y desde siempre los hombres con ese defecto eran como un imán. Lo hable con mi hermana y le pasaba igual.
Se acercó timidamente y me invitó a bailar y en contra de lo que pensé, era extrovertido y alegre. Al poco sentí su mano caliente y suave, posándose en mi culo, bueno era un decir, lo que hacía era tocar con lascivia y hacerme mover de aquella forma entre sensual y pareciera que con ganas de algo más.
Besos y roces por cualquier sitio terminaron decidiendo que la noche allí había acabado, que el mundo era muy grande y podríamos disfrutar de cualquier otro lugar. El elegido fué el cercano parque de la esquina.
El desconocido dijo llamarse no sé como y empezó con un desnudo integral, yo lo imité. Cuando terminamos conocíamos nuestros cuerpos al dedillo.
Mucho tiempo llevaba sin tener relaciones y no me causaba preocupación, pero esta vez, era algo especial y distinto...
Sólo deseo que esta noche, cuando salga, pueda contar algo parecido....
Besos y roces por cualquier sitio terminaron decidiendo que la noche allí había acabado, que el mundo era muy grande y podríamos disfrutar de cualquier otro lugar. El elegido fué el cercano parque de la esquina.
El desconocido dijo llamarse no sé como y empezó con un desnudo integral, yo lo imité. Cuando terminamos conocíamos nuestros cuerpos al dedillo.
Mucho tiempo llevaba sin tener relaciones y no me causaba preocupación, pero esta vez, era algo especial y distinto...
Sólo deseo que esta noche, cuando salga, pueda contar algo parecido....
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