Mirando "más alla".

  Hace años, cuando salía a la calle, me prometía a mi misma que "iba a mirar más allá" a las personas con las que me encontrara. Para mí eso significaba que con cualquier persona que saludaba o que entablábamos conversación, intentaría no ver solo la apariencia física o palabras banales.
                                 A veces mirando más allá, observamos sensaciones del otro e incluso sentimientos. 

                              Cuando se actúa de esta manera, la cuestión es poner todo de uno mismo, no siempre da resultado, pero a veces es efectivo.
                              Tampoco tenemos ganas todos los días de recoger sentimientos o emociones de los demás...y de uno mismo, pues según se van percibiendo cosas, atraemos los estadíos emocionales de cualquiera, después viene la etapa de sanación.
                           Sanamos las dos partes, pues compartimos sentimientos, puede suceder que entonces, nos veamos comunicando al mismo nivel que lo hace el otro.
                               Es cuestión de ser rutinario en ello, y como todo lo que se practica mucho, terminamos aprendiendo.
                                   La mayor satisfacción que conseguimos es sentirnos queridos...y querer.