Cuando surgió ante mí con sus pequeñas alas matizadas de intensas tonalidades de un brillante azul, me quedé un tanto sorprendida. Estaba acostumbrada a ver mariposas de muchos colores, pero ésta era un tanto especial, no se si fue realmente por su increíble aspecto o por la manera como se dirigió a mí. Se quedó inmóvil durante varios minutos y de repente sin que yo me diera cuenta, ella me habló.
Si, me habló en el idioma que usamos los "del bosque" y los humanos, pero que no es lo habitual escucharlo en un insecto de esas características, así que mientras decía algunas palabras, ahora no recuerdo cuales fueron, yo me quedé absolutamente quieta.
Al rato me desprendí de sus pequeñas alas y utilicé las mías para volar hasta un árbol cercano, deseando alejarme por un momento de aquel ser que me parecía como de otro mundo.
Pero ella me siguió de la manera más confianzuda que uno pueda imaginar, voló hasta donde me encontraba y sin pedir permiso, posó sus pequeñas patitas en mi hombro. La miré un tanto asombrada, pero se mantuvo quieta, audaz y arrogante.
Pero ella me siguió de la manera más confianzuda que uno pueda imaginar, voló hasta donde me encontraba y sin pedir permiso, posó sus pequeñas patitas en mi hombro. La miré un tanto asombrada, pero se mantuvo quieta, audaz y arrogante.
Y de nuevo me habló, si pones tus labios en mis alas, te concederé un deseo.
La encontré un tanto atrevida aun así, me acerqué con cautela y posé mi boca en sus alas.
Segundos después cayó al suelo fulminada, muerta.
Mi deseo, se cumplió.
La encontré un tanto atrevida aun así, me acerqué con cautela y posé mi boca en sus alas.
Segundos después cayó al suelo fulminada, muerta.
Mi deseo, se cumplió.

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