En estos días he estado pendiente de algunos enlaces que me han llegado. Al estar suscrita a una página de inversores- emprendedores, con frecuencia llegan comunicaciones de ese tipo. He aprendido muchas cosas en base a leer muy mucho sobre esta cuestión, y he llegado a una conclusión.
Un emprendedor nace o se hace, eso está claro. El que nace con esta característica, es la persona que con frecuencia vemos absorta en nuevas ideas y conceptos. La que tiene una creatividad intensa y siempre piensa en la manera de lograr lo que tiene en mente. Es un ser creativo.
El que no nace con esta forma de ser, se lo trabaja poco a poco. Aprende leyendo y estudiando lo que otros han logrado y como lo han conseguido...
Pero el resultado es el mismo para ambos. Se convierten en personas deseosas de lograr lo que tienen en mente.
Es tan emprendedora la mujer que se le ocurre cambiar la decoración de su casa, como la otra que en base a una idea decide montar un negocio.
Todas actúan bajo la misma técnica. El motivo principal: la ilusión. Es el primer paso.
A partir de ahí cada uno sigue sus propios proyectos, pero lo que está claro, es que sin el punto inicial, la ilusión, no se consigue nada.
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