lunes, 18 de julio de 2011

Margara y su hija están de acuerdo.

            Margara tenía una hija de diecisiete años, ella contaba treinta y cinco, se llamaba como ella, Margara. Se llevaban a muerte, la hija no podía ver ni en pintura a la madre y ésta, creía que la mejor manera de llegar a ella era siendo su amiga. Craso error, jamás una hija y una madre podrán llegar a tener amistad, se llevarán mejor o peor, pero amigas, nunca.
                 Margara madre, era joven y muy guapa, Margara hija era la envidia de sus amigas, pero mientras su madre  más aceptación tenía entre su grupo, más rabia y odio le tenía ella.
                 Tenían una posición económica envidiable, la madre se separó de su primer marido hacía ya varios años, hacía uno que vivía con un novio cinco años menor que ella. Por supuesto, la hija lo odiaba. No entendió nunca como su madre se atrevió a meter a un desconocido en casa. Pero Margara madre comentó que la envidia que le tenía su hija era muy dañina, que todo lo que ella hiciera lo encontraría mal.
                              Y fue el dieciocho cumpleaños de la hija, lo celebraron en la mansión donde vivían en la zona de la piscina. Como siempre y a pesar de los ruegos, la madre en medio del grupo joven, acompañada por el fantástico novio. 
                                Margara hija había observado las miradas que con cautela y disimulo le lanzaba aquel, le molestaban, no se atrevía a decírselo a su madre porque ya sabía la respuesta, por otra parte,  también le gustaba que un hombre mayor se sintiera atraída por ella. Y fue pensando en como hacer que el tipo saliera de allí. Ni corta ni perezosa, empezó a flirtear a espaldas de su madre. El muy tonto cayó en la trampa. Los encontró la madre en la cama una semana más tarde. Gritos, lloros e insultos se oyeron durante días en aquella casa. El novio, por supuesto, salió de la casa y allí quedaron las enemigas, una satisfecha y la otra planeando la venganza.
                              Que no le costó demasiado, porque seis meses más tarde, Margara hija empezó a salir con un chico, estaba más que enamorada. Y ahí la madre se dijo, ojo por ojo, diente por diente.
                                Y como le pasó a la hija, tampoco le costó demasiado convencer al joven para meterlo en su cama. Cuando Margara hija lo descubrió, se repitió la escena de seis meses atrás.
                                    Un mes después, cuando empezaron a hablarse de nuevo, llegaron a una drástica conclusión. Por una vez en su vida, estuvieron de acuerdo en algo, que los hombres son tan torpes y estúpidos, que con tal de f....,lo hacen con quien se les ponga delante.  

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