La noche había caído con rapidez, el jardín trasero en donde se encontraba, permanecía tan oscuro que no atinó a ver siquiera el paquete de cigarrillos. Tanteó sobre la mesa hasta encontrarlo, encendió uno y aspiró el humo con la misma falta de pasión que ponía en todo lo que hacía.
Era su forma de estar hacía ya varios meses, le podía el desánimo, una absoluta falta de ilusión en todo lo que hacía.
Dio un par de caladas al cigarro y lo apagó. Le molestaba sentirse de esa manera, pero desde la huida de Gabriela, permanecía de esta forma.
Estaba claro que la manera que tuvo de marcharse, sin decirle adiós, fue un auténtico golpe, pero no se dio cuenta sino con el paso del tiempo. La echaba tanto de menos, que pensaba a todas horas en ella. Durante varios días tuvo la esperanza de que volviera, ahora ya no tenía esperanza ninguna.
Aunque todo empezó como un atardecer, terminó con la salida del sol. Conoció a otra mujer con la que compartió su vida y parte de sus ilusiones...pues otra parte se habían ido... con ella.
Era su forma de estar hacía ya varios meses, le podía el desánimo, una absoluta falta de ilusión en todo lo que hacía.
Dio un par de caladas al cigarro y lo apagó. Le molestaba sentirse de esa manera, pero desde la huida de Gabriela, permanecía de esta forma.
Estaba claro que la manera que tuvo de marcharse, sin decirle adiós, fue un auténtico golpe, pero no se dio cuenta sino con el paso del tiempo. La echaba tanto de menos, que pensaba a todas horas en ella. Durante varios días tuvo la esperanza de que volviera, ahora ya no tenía esperanza ninguna.
Aunque todo empezó como un atardecer, terminó con la salida del sol. Conoció a otra mujer con la que compartió su vida y parte de sus ilusiones...pues otra parte se habían ido... con ella.
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