EL PASO DEL TIEMPO.
Ser libre y feliz era complicado, pero esa fue la sensación que sentí durante toda mi infancia en playa del Hombre. El porqué la llamaban así nunca lo llegué a adivinar y tampoco me lo planteaba a menudo, tenía demasiadas cosas que hacer para estar perdiendo el tiempo.
Los deportes de mar ocupaban mi día a día, pero mi pasión principal era el submarinismo. Siempre empezaba de madrugada, me encantaba pisar la arena húmeda y oscura, la satisfacción del frescor en mis pies y el olor a las algas depositadas en la orilla no tenía comparación a ninguna otra.
Fue por esa época en que ya contaba los dieciseis, cunando tuve el accidente.
Fue por esa época en que ya contaba los dieciseis, cunando tuve el accidente.
El conductor del otro coche iba borracho, yo venía con un amigo que era el que conducía. Él murió y a mí me tocó quedarme parapléjico. El hombre del coche que nos embistió salió ileso, conducía un enorme todoterreno.
Después del mes que pasé en el hospital, llegar a casa fue una alegría, mis padres y hermanos hicieron un enorme letrero de bienvenida, como los de las películas americanas.
No me vine a dar cuenta de cual era mi situación, sino pasados seis meses, ya me encontraba con fuerzas y compraron la silla de ruedas. Fue cuando la entraron en mi cuarto que me puse a llorar.
No me vine a dar cuenta de cual era mi situación, sino pasados seis meses, ya me encontraba con fuerzas y compraron la silla de ruedas. Fue cuando la entraron en mi cuarto que me puse a llorar.
--No quiero ese trasto,llevénselo--
--Pero Marcos-- musitó mi madre --te va ayudar a desplazarte.-- Grité que no quería, que no pensaba convertirme en un lisiado. Mi padre con tranquilidad y un punto de desasosiego en su voz, me dijo:
--Escucha Marcos, tienes que seguir viviendo a pesar de lo que te ha sucedido, intenta superarlo, sé que tienes miedo aunque tú ni siquiera te hayas dado cuenta. El miedo es una excusa que pone tu mente para no intentar hacer ningún esfuerzo, no dejes que la derrota te venza.
--Sólo tienes que pensar que no te mato el otro coche, pero te puede matar el miedo.
Según fue pasando el tiempo Marcos aceptó su nueva forma de vivir. Hoy día, es un escritor de éxito.
--Escucha Marcos, tienes que seguir viviendo a pesar de lo que te ha sucedido, intenta superarlo, sé que tienes miedo aunque tú ni siquiera te hayas dado cuenta. El miedo es una excusa que pone tu mente para no intentar hacer ningún esfuerzo, no dejes que la derrota te venza.
--Sólo tienes que pensar que no te mato el otro coche, pero te puede matar el miedo.
Según fue pasando el tiempo Marcos aceptó su nueva forma de vivir. Hoy día, es un escritor de éxito.
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