lunes, 26 de septiembre de 2011

                                                               EL   OSO




                                       
                                Algo pegajoso se arrastraba desde mi frente hasta los ojos. En medio de la nebulosa donde me encontraba, tuve fuerzas para levantar la mano y retirarlo en parte. Con una lentitud exasperante abrí parte de un ojo que me permitió ver el lugar en donde estaba. En medio de la nada.
                         Hice un esfuerzo ímprobo para incorporarme, sólo pude entrever parte de un bosque y  nadie a la vista. Caí de nuevo hacia atrás, sin saber si era bueno o malo que no hubiera gente. No recordaba como llegué a éste lugar ni quien me trajo, intenté por todos los medios que algún recuerdo llegara, pero sólo hallé el  vacío.
                                Se me cerraban los ojos de dolor y sueño, pero sabía que no debía dormirme, mis hijos estaban en alguna parte y me necesitaban. 

                    Con el apoyo de un árbol, me senté. Debía ser de madrugada, porque el extenso follaje del techo, dejaba pasar unos leves rayos de luz. A pesar de lo dolorido que me encontraba, logré ponerme en pie agarrándome de las ramas bajas y caminé guiado por mi instinto hasta donde sabía que estaban ...mis hijos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.