Siento que mi cuerpo no ayuda al alma, que lo que antes era un tándem, ahora cada uno va por diferente camino. La congoja y la pena me atenazan. No encuentro la voluntad por más que la busco, la dejé en algún lugar que ahora no recuerdo. Los sentimientos, las emociones, han tomado un rumbo desconocido y han dejado paso a una desidia que no tiene fin. No hay heridas, ni culpables, sino hechos, situaciones que quisiera cambiar pero no veo como.
Es absolutamente frustrante ver pasar la vida y los días y no poder atraparlos, me digo de vez en cuando, que sólo hay que intentarlo, pero sin darme cuenta... muero en el intento.
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