Claro que en una situación así, creo que lo mejor sería borrarlo todo y empezar de nuevo. Bueno, lo que cuento es excesivo, pero si es cierto, que en multitud de ocasiones, los que nos dedicamos a escribir, tenemos esos momentos en que nos desaparecen las ideas, en que decimos algo así como se me fue la inspiración. En estos casos, lo mejor es esperar, tener paciencia y dejar que las letras, que las palabras y frases vuelvan de nuevo a nosotros.
Porque es lo que va a suceder. Lo único que hay que hacer es tener confianza en que eso va a ser de esa manera. Seguir escribiendo, sí, pues la disciplina es importante, pero sabiendo, que en poco tiempo, tropezaremos con lo que más nos entusiasma en la vida: las letras.
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