Rígida y expectante me miró mientras una lágrima mojaba su nuevo traje. Palabras sin sonido salieron de su boca y la ví con deseo, sabiendo de esa íntima unión que no hace tanto habíamos compartido.
Hacía calor y las gotas de sudor anunciaban en su frente sensaciones pasadas. Sólo le dí un suave beso, pero mis sentidos se emborracharon de ella. Recordé un tiempo no tan lejano, en que la la intimidad era nuestro sino. Momentos de alegría y de tristeza, eran siempre de los dos y la rutina formaba parte de nuestra vida, sin que por ello, mermara nuestra relación. Días y noches, a veces madrugadas, me recordarán siempre esos cálidos instantes. Su cuerpo fresco y el mío ansioso, nos trasladaban a mundos paralelos, en donde los amigos eran partícipes de nuestras confidencias.
Se entretejieron las miradas por última vez, mis labios atraparon con fruición la última gota de ese amor confundido, pude sentir una vez más, su fresco amargor.
Cuando terminé de escribir esto, me reafirmé en que, me encanta una..............cerveza.
30/03/2011
30/03/2011
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