jueves, 6 de enero de 2011

SE SENTÓ CON ÉL, EN EL SOFÁ.

       Cabizbaja y encorvada, la señora que vendía ropa usada, terminó la jornada del día y se dirigió a su casa.  Vivía en el extrarradio de la ciudad, en donde nadie quiere vivir, en donde la gente, se droga y se pincha, porque no encuentra nada mejor que hacer. Tardó casi dos horas en llegar a casa, dos guaguas mas tarde y casi media hora de paseo, le supuso el poder llegar. Preparó la comida para los suyos que no tardarían en venir, encendió la tele y se sentó comodamente a mirarla. En eso, un golpe en la puerta, la puso sobre aviso, se levantó presta a ver quién llamaba. Su hermano, de nombre José, se encontraba de pié en la puerta, mirándola, le pedía ayuda pues necesitaba urgentemente dinero.
        Se sentó con él en el sofá del cuarto del televisor, para poder hablar con tranquilidad. Era por un tema de droga, debía un dinero, que si no lo pagaba, iba a encontrarse con un grave problema. Ella, no sólo no se lo dio sino que le pagó una clínica de desintoxicación. Le solucionó la vida, su hermano, le estuvo, eternamente agradecido.

                      

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