viernes, 8 de octubre de 2010

UN ORDEN DE PRIORIDADES

                                                                Mientras se dedicaba al cuidado da la niña, no pensaba en otra cosa, al no tener trabajo, lo mejor que podía hacer, era controlar la casa, ya que su mujer salía temprano todos los días, pues había conseguido un trabajo hacía seis meses y estaba dispuesta a conservarlo.
                                         La cría en realidad, no daba trabajo, era una niña tranquila y relajada, que ni te enterabas que existía. Pero su cabeza estaba en otro lugar, siempre pensando en la forma de buscar un medio de vida. Había dejado curriculums por cualquier parte de la ciudad, esperaba que lo llamaran, pero eso no sucedía, los días pasaban y no habían noticias.
                                        Aquella mañana, parecía igual a las otras, pero todo cambió, cuando sonó el teléfono para concertar una entrevista. El trabajo no tenía mala pinta, era en una tienda de ropa con bastante buena fama, por lo que fue contento. Se lo concedieron, fue un día genial para él. Volvió a su casa a las dos horas, para darse cuenta que su hija, que había dejado dormida, había desaparecido de la cama.
                  Sólo pensó en su mujer, en que explicación le iba a dar, después empezó a pensar en donde estaría la niña, tenía cuatro años, no podía valerse por si sola, salir de la casa le parecía raro, nunca lo había hecho, la había buscado por todos sitios sin encontrarla. 
                   No debería haber salido a la entrevista de trabajo, primero era su pequeña. Pero era tan importante para él el trabajo, que la verdad, no lo pensó dos veces, ahora se arrepentía. 
                       Sonó el timbre de la casa, la vecina de al lado había tocado, estaba acompañada de su niña, le comentó que le tocó el timbre porque se despertó y se vio sola, asustada, fue a su casa.
                        La abrazó emocionado y se hizo el firme propósito de que por siempre, haría un orden de prioridades, en donde su hija estaría en primer lugar.

1 comentario:

  1. Que disgusto para el padre...menos mal que no fue más que un susto...pues si no ese padre no se perdonaría jamas el haber dejado a la pequeña sola,que no es para dejar a una niña de 4 años sola,pero también es verdad que a veces las circunstancias nos hacen hacer cosas que no nos gustan y no pensamos que pueda pasarnos algo malo y menos en este caso que el padre pensó primero en el trabajo,que también es prioritario ya que es prescindible para vivir.Pero lo bonito es el final y darse cuenta de lo que es prioritario y en este caso tanto la hija como el trabajo eran sus prioridades y todo lo que hizo fue por ello,buscar trabajo para dar una mejor vida a su pequeña...estaba pensando en su hija mas que en nada por ello la dejo sola,aunque a priori pareciese que la olvidaba,en todo momento era su prioridad con alguna mala suerte de por medio con un final feliz.saludos!

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Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.