jueves, 7 de octubre de 2010

El impresentable.

                                     
                               Mi  ex-marido es  un impresentable, un vividor el cual si podía, hacía lo imposible por aprovecharse del dinero ajeno. Debía a todo el mundo y compraba cosas que no pagaba, vivíamos de los demás.
                      No sabía como me las iba a arreglar ese mes, se había gastado el poco dinero que nos quedaba en  porros, cocaína y varias  botellas de ginebra.
                      Era una persona prepotente y vanidosa, ególatra y malagente. No tenía amigos y los conocidos lo llamaban el impresentable; mi hermana lo denominaba el que vive de los muertos, porque durante un tiempo vivió de las pensiones de  orfandad de sus hijos y  la viudedad de su mujer.
                           La forma de vivir que había elegido no le salió tan mal porque a la larga su ex-suegro, le ofertó una pensión vitalicia para que de esa manera no le pidiera dinero a los hijos de su primer matrimonio. Aún así, en cuanto los chicos fueron mayores y pudieron acceder a la herencia de su madre fallecida, volvió a las andadas y varios "juguetes"como un coche y una moto de agua, logró que se lo regalaran;  según paso el tiempo fueron cayendo más "regalitos." 
                       No entendí como me pude enamorar de él. Pero el amor es así o sea, ciego.
                      Pensé que lo mejor era mantener lo más lejos posible a una persona de ese calibre.
                    Dos años después le puse las maletas en la puerta de la calle y empecé mi vida sin el peso que me corroía, a partir de ahí... me sentí mucho mas libre y feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.